Por Redacción Agencia SUDAKA TLGBINB
Maricielo Brenda Sinarahua es una integrante de la organización OTRANS ARGENTINA que está privada de su libertad y necesita ser asistida de manera urgente por personal de salud. Desde hace al menos tres meses tiene un brote que le produce una picazón insoportable en todo su cuerpo y solo ha recibido medicación inadecuada que no surte efecto. Su situación de desamparo vislumbra la realidad de muchas compañeras del colectivo travesti-trans en contextos de encierro.
Maricielo hace meses que tiene un brote en todo su cuerpo y solo ha recibido calmantes que no sirven para tratar lo que tiene. Reclama que no la llevan a hacer las pruebas necesarias para realizarle un diagnóstico certero y por tanto los calmantes no son los adecuados. También declaró estar en una situación insoportable, de incertidumbre y de mucha angustia, “hasta tengo miedo de comer”, expresó.
En las últimas horas acudió al hospital San Juan de Dios donde le sacaron sangre para realizarle análisis, pero le dijeron que no tenía nada pese a mostrar graves lesiones en su cuerpo que le producen una insoportable comezón.
La situación para la población travesti- trans en las cárceles es crítica, el informe de OTRANS ARGENTINA llevado a cabo durante el año 2018 reveló que en las unidades penitenciarias pertenecientes a la provincia de Buenos Airesel 73,3% de la población encuestada padecía de algún tipo de enfermedad. De ese porcentaje, el 59% tenía un diagnóstico positivo de VIH y, en relación a la atención general en salud, el 35% determinó no haber recibido atención médica a pesar de haberla necesitado.
La organización OTRANS ARGENTINA ha denunciado desde el año 2016 la profundización de la violencia extrema que vive el colectivo trans y travesti en Argentina, por parte de la policía, jueces, fiscales, personal del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires (SPB), entre otros. En sintonía, un informe del año 2020 de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) expresó: “La CPM continúa denunciando que el SPB, en todas las cárceles, restringe arbitrariamente las solicitudes de atención médica. El personal médico no recorre los pabellones de las unidades, y deja librado a la arbitrariedad del SPB el acceso a los sectores de sanidad. Esta situación se ve agravada en el caso de las personas trans, dado que son violentadas, acosadas y sexualizadas por el personal penitenciario y de salud”.
Maricielo Sinarahua no es escuchada por el personal de la penitenciaria y necesita con urgencia un diagnóstico certero y atención médica adecuada para poder calmar y sanar el dolor que le produce su padecimiento.